¡Porqué las liebres lunáticas no deberian tener empleo! [Libre]

-¡Riku! ¿A donde vas? ¡Todavia te queda media hora de trabajo!

-¿Pero donde has estado? ¡Todo Miru sabe que esta hora es la hora del té! -interrumpió Riku con una gran sonrisa, al momento en que se escabullia por una ventana. Las puertas eran algo extraño, hasta bizarro, para él- Y lo normal es hacer lo que la hora indica~

Su asistente de cocina se dirigió rápidamente a la ventana por la cual su jefe habia saltado. Siempre tenia esa clase de problemas con aquella liebre, la cual no podía quedarse quieta aun cuando tenia tanto trabajo por hacer. Pero no porque fuera del tipo de engranes que huían de sus responsabilidades a conciencia... en caso de este engrane, el problema era que parecía olvidar totalmente sus responsabilidades de un momento a otro, posiblemente entre tanto delirio que cruzaba su mente; y aunque lo amenazaban a veces con despedirlo, esto en realidad era una mentira: Lo necesitaban, no podían despedirlo, asi que dejaron a su asistente a cargo de que cumpliera con su horario; cosa que la liebre hacia la mitad de las veces nada más. En resumen, el asistente estaba en problemas, de nuevo. Aunque seguro no era el único, ya que Riku trabajaba en tres restaurantes distintos.

-¡Siempre dices eso! ¡¿Que clase de excusa es esa?! -gritó, intentando captar su atención antes de que este escapara.

-¿Que no te dijeron que el tiempo fue asesinado? -preguntó el castaño, levantando un dedo junto a un rostro serio, indicando asi la seriedad del asunto que mencionaba.

-¿Q-que?... -murmuró apenas el asistente, genuinamente asombrado.

-¡Si, si! Justo a la hora del té, por eso siempre es la hora del té -explicó Riku, volviendo a sonreir ante la mención de su obsesión, para despues mover una mano en señal de despedida mientras daba saltos y se desaparecía por los techos de la ciudad, para caer sobre el primer jardín que viera en el cual estuvieran sirviendo su preciado té.