No regrets (Libre)

Había llegado finalmente el día en el cual me había decidido a acabar con todo, no podía seguir permitiendo que mi alma terminara de pudrirse por lo acontecido hace dos años ¿Por qué seguía afectándome? ni yo podía contestar aquella interrogante, sólo sabía que el dolor estaba consumiendo tanto mi cuerpo como mi interior, nadie se daba cuenta, ni mis padres, a los cuales no quise contarles nada por temor a preocuparlos ni a los inexistentes amigos que tuve alguna vez, los cuales no se dieron ni cuenta de mi alejamiento porque todo lo arrasó, Kido abrasó mi alma, mi cuerpo y lo devastó cuando tuvo lo que deseaba de mí.

Aún recordaba ese maldito día en que me abandonó sin asco, le di todo y se lo llevó consigo, aún recuerdo sus palabras "Ya no podemos estar juntos, lo lamento, te quise pero se acabó, amo a otra, ya no eres lo que busco" maldito, me había destrozado, provocando una vorágine en la que cai sin retorno, de ahí dos años habían pasado, no supe más de él, ya no lo amaba ¿o sí? no lo sabía, lo que sí sabía era que por él era un monstruo, frío, celoso que ya no creía en las maravillas que creyó alguna vez.

Sin darme cuenta llegué al bosque, había un claro, ese bosque era algo peligroso pero qué más daba, tarde o temprano con mi final encontrarían sólo huesos así que no habría problema alguno, me senté en la orilla del claro y saqué aquello que me ayudaría...pero ¿Valía la pena? ¿Por él? ¿Por quién no supo valorarme jamás? di un suspiro roto y tomé el cuchillo y lo miré fijamente cifrando todas mis esperanzas en él.

Ejecuté un corte perfecto en la muñeca, de dónde empezó a emanar la sangre, cerré mis ojos y metí la mano al agua recostándome en el lugar sin dejar de mirar la estela que comenzaba a reflejarse en el agua, comencé a cantar una canción que había escuchado alguna vez -Llegaste a abrir las puertas del dolor y a regalarme soledad...tu piel envenenó mi corazón dejándome en completa oscuridad y así en lugar de olvidarte yo te fui queriendo más y más- mi susurro se fue apagando poco a poco hasta que emití una pequeña risa y derramé unas lágrimas, esto tardaría así que sólo me quede mirando el agua y esperando el momento cúlmine de mi obra

Tenía los ojos cerrados esperando que la dama oscura alzara mi cuerpo en sus brazos y me llevara para siempre alejándome del sufrimiento del cual estaba presa desde hace dos malditos años, ya no derramaba lágrimas pero estas ya habían marcado huella en mi juvenil rostro, con apenas 16 años me sentía como si hubiera muerto en vida ¿Qué más daba que muriera físicamente?.

En eso estaba cuando escuché una voz absolutamente desconocida, hablaba cosas bastante incoherentes, abrí mis ojos con esfuerzo, mal que mal había derramado ya bastante sangre que me causaba debilidad en mis respuestas, lo miré con dificultad y pude advertir que estaba bañándose en el río en el cual sumergí la mano para que todo resultara más rápido.

Decía cosas como que estaba mal morir así y finalizó con qué estaba prohibido morir en este reino ¿Había que pedir permiso para morir? eso me hizo soltar una pequeña risa mezclada con un bufido, decidí obedecer y saqué la mano girándome para quedar de cara al cielo aunque solo veía árboles, el dolor que sentí en la muñeca fue indescriptible, me hizo poner una mueca, al apoyar la mano en mi abdomen manché mi vestido, pues la herida seguía abierta y comencé mi perórata -Así que no se puede morir sin permiso de la reina... eso no lo sabía, entonces mi suerte no mejora, te pido disculpas si he arruinado tu baño...ahora ¿Cómo podría yo pintar tu cuerpo? ¿Con mi sangre? no sé que méritos tengas para merecer mi sangre muchacho- hice una mueca de dolor y miré al chico, era bastante atractivo y recién pude darme cuenta que estaba desnudo, me sonrojé y desvié la vista hacia el lado contrario -¿Me ayudarías a controlar la hemorragia? me estoy sintiendo mal de verdad y no tengo permiso de morir- lancé una risa amarga después de eso.

Spoiler:

Escuchó sus palabras y le miro sus movimientos, retiro la mano y la puso sobre su cuerpo, manchó sus ropas y sonrojo su rostro, oh pobre alma en pena, que dolor le causaría tal sufrimiento? Mejor era no saberlo, o quizá si lo sería, quien sabe, salió del agua mientras ella miraba a otro lado, y salio del lado opuesto para tomar sus ropas y vestirse de forma veloz, lígera, como si su vida dependiera de ello, más no mostró aflición ni vergüenza en su rostro, más bien, su mirada continuaba apasible, se acercó entonces a ella tras su petición, se sentía mal? Que dolor, que dolor, que pena.

Oh, la sangre, es curioso- Se inclinó al lado de ella, y tomó con su mano derecha a la altura de su muñeca, cerca de donde la herida estaba -Tic tac, que tenemos aquí? Será una marioneta? O quizá alguien de la realeza, que será? Que será?- Tomó su pañuelo y apretó un poco debajo de la muñeca, para cortar la circulación, entonces vendó la herida con su pañuelo para que dejara ya de emanar aquel delicado elixir, luego de aquello se puso de pie y camino hacía un árbol.

Tienes hambre? Porque yo sí... oh mira nada más que hora es! -De su bolsillo sacó un reloj y lo abrió, observando la hora, entonces cerró el reloj y lo guardó en su bolsillo, quien era ella? Ya sabía que era alguien importante, no era un engrane, y si sabía mucho más de lo que aparentaba, pero gustaba con decir cosas que no lo demostraba, entonces se acercó nuevamente y observó el lugar, donde, donde podría ser? -Si... son las 4 de la tarde, como lo supo? Y sabe que significa? Es la hora del té, así que debemos encontrar un lugar adecuado para la realeza... no lo cree así, duquesa?

Continuó observando desde su punto, estando de pie, si la duquesa veía la hora, notaría que no, definitivamente no eran las cuatro, y que quizá él estaba loco, aunque, eso probablemente ya lo había notado, oh si, algo más, -McClock es mi nombre, sé que no preguntaste, pero seguro pronto lo harías... y soy el de mantenimiento, tu entiendes, cierto?- le guiñó el ojo mientras apuntaba al corazón, su propio corazón, dando a entender que era quien se encargaba de los relojes... así es, el relojero.

Observé atentamente cada uno de sus movimientos, exceptuando cuando se vistió ya que jamás habría visto aquella humanidad ya que era una persona decente y nunca había visto un joven sin ropa alguna, ni con Kido pasó jamás nada, noté cómo se acercaba a mí y lo miré tomando mi muñeca, lo miré de reojo y me sonrojé, vendó con un pañuelo la zona y esto detuvo la hemorragia.

-Gracias por ayudarme...soy Usagi Gasai y no, no tengo hambre pero si desea comer y tomar.. ¿El té? acepto encantanda- sonreí suave y timidamente y también me sorprendí que supiera que era duquesa ya que ni siquiera me había presentado con él, lancé una risita infantil cuándo me señaló el corazón, ese chico era bastante agradable y caballero, pude sentir mis ojos brillantes ¿Por qué él provocaba esta alegría interna en mi ser? unas ganas de sonreír se apoderaban fuertemente de mí y eso hice, sonreír suavemente ante él.

-¿Usted es el relojero? ¿Y me explicaría en qué consiste su trabajo aparte de mantener el latido de un corazón? y la resurrección de algunos...- me puse seria un momento pequeño y volví a mirarlo, era muy agraciado ese joven y la sensación de tranquilidad que me provocaba era indescriptible, producía una paz interior que nadie más lograba otorgarme, ni mis padres que tanto se esmeraban en verme feliz sin saber el motivo de mi constante tristeza

Continuaba observando cuando lo encontró, el lugar perfecto! Se fue entonces, luego de escuchar las palabras de la dama frente a él, y limpió con la mano el lugar, así es, era hora del té, así que había que sacar el té, había ahí, curiosamente era una roca plana en la parte superior, perfectamente simulaba una mesa, y justo a ambos lados, dos piedras que parecían asientos, un lugar excelente como para poder tomar el té, y puso la tetera que andaba consigo y llenó un par de tazas, colocandolas frente a donde ambos tomarían asiento para tomar el té, y mientras le esperaba, escuchaba las palabras de ella, vaya que era curiosa, entonces negó con el dedo índice.

Ummm, Conejita, Conejita, acaso crees que diría tan fácilmente lo que consiste mi trabajo....? Bien, por donde comienzo? Pues... nah, es algo muy aburrido en realidad...

Mencionó con un ademán y luego se sentó esperando a que la duquesa hiciera lo mismo, pero claro, en el asiento que era para ella, no en donde él estaba, porque sino, la tendría que cargar y eso... podía ser divertido, pero neh, no quería, solo quería beber el té en su hora del té, y si, su hora porque realmente él decidía a que hora tomaba el té, a que hora eran las 4 para el té, por lo tanto, no tenía sentido! Pero así lo ordenaba el que poseía el reloj.

¿Que puedes contarme de tí conejito? ¿Como te gusta el té? ¿Con azúcar, sin azúcar, com mermelada, con oregano, patatas, trituras, costuras, carteras o sin nada? Ya sabes, a cualquiera le gusta lo normal en su té... o ¿eso es lo anormal? Bueno, ni idea... ¿Dónde estábamos? ¡Es cierto! En el bosque, como pude olvidarlo... momento, no era eso de lo que hablabamos, ¿cierto?

Y lo hizo de nuevo, a decir una que otra cosa, o era otra cosa por la losa de la cosa, en fin, no tenía sentido nada de sus palabras, porque... estaba loco, ya no podía hacerse nada, estaba perdida su mente, todo era un caos!... ok no, ni tanto, al menos sabía su nombre y su apellido, y su trabajo... de que trabajaba? Moment! Eso es amnesia! Y él tenía loquensia! Puede que suene parecido pero no es igual, la cosa era que, ahí estaba, tratando de conversar con la conejita que se encontraba frente a sí.

Por cierto conejita... ¿Y tus orejas?

Observé cada uno de sus movimientos atentamente y me sorprendió ver esas rocas que asemejaban a una mesa y cómo disponía las tazas y el aroma del té penetró mis fosas nasales y me hizo suspirar, me había llamado a beberlo, escuché lo que decía y cómo me llamaba conejita, lo que me hizo sonrojar, mi nombre significaba claramente eso pero sonaba bastante agradable en su boca ese apodo, sonaba tierno de ser posible.

Me apresuré a sentarme en una de las rocas y escuchar lo que me preguntaba, mientras ponía un pañuelo en mi regazo, como fui educada desde pequeña, lo miré y lancé una risilla suave por las preguntas que había hecho, la verdad no había pensado que un personaje cómo él y yo nos encontráramos en esas circunstancias y me estaba haciendo reír de esa manera, hace demasiado que no reía de esa forma, hasta mis ojos llegaba mi risa y eso me alegraba enormemente.

-Me gusta con azúcar y leche por favor y no sé si sea normal o anormal, no creo que haya nada normal en esta vida- sonreí a continuación y me preparé mi propia taza de té, la verdad es que estaba acostumbrada a servirme yo misma mis cosas, eso de la servidumbre me incomodaba enormemente.

Toqué instintivamente mi cabeza cuándo me preguntó de mis orejas lo que me hizo sonrojar de nuevo, bajándolas rápidamente y respondiendo -Sólo mi nombre significa conejo, no soy un conejo, tengo orejas de persona, mire...- le señalé mis pequeñas orejas que estaban escondidas detrás de mi cabello y lo miré -Yo soy duquesa y no tengo ocupación alguna por el momento, sólo vivir ¿Ya me contará de su trabajo? no creo que sea aburrido en lo personal- lo miré esperanzada que esta vez si me relatara de su ocupación