Todo por unas zapatillas de ballet (Kurosaki Ichigo)
Miru no Yume :: Alaska :: Santuario
Página 1 de 1.
Todo por unas zapatillas de ballet (Kurosaki Ichigo)
Necesito paz ese pensamiento se pasaba por mi cabeza ya que en mi hogar había mucho revuelo, se casaba un pariente lejano y le habían pedido a mis padres si podrían celebrarlo en la mansión previo consentimiento de la reina, la cual había autorizado, estos eventos de enfermaban de los nervios porque la residencia se transformaba en un hervidero de personas no dejando salón sin ocupar, habían mucamas transportando cientos de adornos y preparando habitaciones ya que habían muchos invitados.
Salí casi corriendo de ahí y refunfuñando, sólo con un objetivo en mente, hacer eso que amaba y retomé hace poco, que desde niña lo practicaba y me ayudaba a mantener sano mi mente y cuerpo así que me fui a refugiar al único lugar que era ocupado de vez en cuando por alguna sacerdotisa pero muy poco, unas ruinas de un santuario, así que apenas llegué solté una risita feliz y me saqué los tacones que me acompañaban siempre, unos zapatos que parecían de muñeca y me calcé aquellas delicadas ballerinas, blancas e impolutas que a pesar de usarlas mucho siempre las cuidaba cual tesoro y se mantenían pulcras como mi interior, eran lo único que me otorgaba paz y tranquilidad en una vida caótica desde el día en que ese amable reloj me había salvado la vida, instintivamente dirigí mi mano y vista a mi muñeca dónde una horrible y gran cicatriz surcaba dicho lugar, marca que llevaría toda mi vida ilustrándome esa decisión drástica que había tomado, siempre la ocultaba con cintas pero esta vez no lo hice.
Me hice una amarra en mi cabello sólo dejando unos mechones sueltos y comencé la danza, ayudaba que usaba una falda corta que casi parecía tutú y dando giros en punta de pies cerré mis ojos y me dejé llevar por la música imaginaria que rondaba en mi cabeza, esa que ocupaba día a día en el salón de música, dónde uno de los mayordomos, que quería muchísimo tocaba el piano y me permitía volar durante algunas horas, uno, dos, giro también repetía esas palabras al mismo tiempo que la música.
Disfrutaba este íntimo momento, sin embargo cuándo más inspirada y compenetrada estaba con mi baile sentí una presencia, estaba girando sin cesar y me detuve bruscamente que casi caigo pero logré equilibrarme a tiempo y miré a un punto dónde había una columna entera que al parecer ocultaba a alguien, presentía que era un varón pero no estaba segura, carraspeé y espeté -¿Hay alguien ahí? no sentía miedo pero estaba nerviosa de todas formas, dirigí mis manos al pecho y me quede quieta esperando que aquella persona saliera de ahí
Salí casi corriendo de ahí y refunfuñando, sólo con un objetivo en mente, hacer eso que amaba y retomé hace poco, que desde niña lo practicaba y me ayudaba a mantener sano mi mente y cuerpo así que me fui a refugiar al único lugar que era ocupado de vez en cuando por alguna sacerdotisa pero muy poco, unas ruinas de un santuario, así que apenas llegué solté una risita feliz y me saqué los tacones que me acompañaban siempre, unos zapatos que parecían de muñeca y me calcé aquellas delicadas ballerinas, blancas e impolutas que a pesar de usarlas mucho siempre las cuidaba cual tesoro y se mantenían pulcras como mi interior, eran lo único que me otorgaba paz y tranquilidad en una vida caótica desde el día en que ese amable reloj me había salvado la vida, instintivamente dirigí mi mano y vista a mi muñeca dónde una horrible y gran cicatriz surcaba dicho lugar, marca que llevaría toda mi vida ilustrándome esa decisión drástica que había tomado, siempre la ocultaba con cintas pero esta vez no lo hice.
Me hice una amarra en mi cabello sólo dejando unos mechones sueltos y comencé la danza, ayudaba que usaba una falda corta que casi parecía tutú y dando giros en punta de pies cerré mis ojos y me dejé llevar por la música imaginaria que rondaba en mi cabeza, esa que ocupaba día a día en el salón de música, dónde uno de los mayordomos, que quería muchísimo tocaba el piano y me permitía volar durante algunas horas, uno, dos, giro también repetía esas palabras al mismo tiempo que la música.
Disfrutaba este íntimo momento, sin embargo cuándo más inspirada y compenetrada estaba con mi baile sentí una presencia, estaba girando sin cesar y me detuve bruscamente que casi caigo pero logré equilibrarme a tiempo y miré a un punto dónde había una columna entera que al parecer ocultaba a alguien, presentía que era un varón pero no estaba segura, carraspeé y espeté -¿Hay alguien ahí? no sentía miedo pero estaba nerviosa de todas formas, dirigí mis manos al pecho y me quede quieta esperando que aquella persona saliera de ahí
Usagi Gasai- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 23/04/2012
Edad : 41
Miru no Yume :: Alaska :: Santuario
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Lun Mayo 21, 2012 11:13 pm por Nayarit
» Ficha de Nayarit
Lun Mayo 21, 2012 10:36 pm por Nayarit
» Reglas del foro/Chat
Lun Mayo 21, 2012 7:16 pm por Nayarit
» Cupo de Razas
Lun Mayo 21, 2012 5:48 pm por Nayarit
» Ficha del Conejo Blanco
Jue Mayo 17, 2012 11:03 pm por Elizabeth Ambar Heart
» Reunion familar [privado]
Miér Mayo 16, 2012 12:00 pm por Toshio
» Relaciones de Airai
Mar Mayo 15, 2012 11:20 pm por Usagi Gasai
» • Ficha de la Oruga Azul •
Dom Mayo 13, 2012 10:41 pm por Elizabeth Ambar Heart
» Historias de fantasmas
Sáb Mayo 12, 2012 1:28 pm por Usagi Gasai